Carlos Cánovas inaugura su fotografía en La Caverna de la Luz

Like a prostitute. “Quería que mi mundo fotográfico estuviese en otra parte, que se pareciese mucho más al mundo de la poesía íntima que al del relato social.” (Carlos Cánovas)

Se trata de un paisaje urbano en el que confluyen, por un lado, la naturaleza y, por otro lado, la intervención del hombre. Una imagen estática y reflexiva en la que los protagonistas son el espacio, la distancia y el tiempo, con una fuerte dimensión poética.

Pero esta esquina, casualmente es en Santander, un vetusto hotel del que ya nadie se acuerda, el Hotel Rex, levantado durante la reconstrucción del centro de la ciudad, posterior al incendio de 1941, en un solar cedido a constructores madrileños afines al régimen y que, a finales del pasado siglo, fue reemplazado por oficinas y una franquicia de ropa, a la que sustituyó otra y ahora otra.

Esa intrahistoria de esta fotografía quizás no la conozca Carlos Cánovas, quizás su reflexión parta sencillamente de esa planta asomada a una ventana en una esquina.

El trabajo de Carlos Cánovas, en su conjunto, constituye una suerte de registro crítico sobre la transformación de lo urbano. Ha realizado series sobre paisajes sin retorno y esta fotografía, sin estar incluida en esas series, de alguna manera lo es.

Para mí es un paisaje de mi infancia, un lugar emocional, donde de la mano de mi madre esperaba cada noche la salida de mi padre de la farmacia cercana en la que trabajaba para regresar juntos a casa. Otro paisaje sin retorno.

Javier Vila