Una exposición recoge el resultado de las investigaciones sobre el 'Cementerio de los Ingleses'

  • La muestra se inaugura mañana a las 19:00 horas y podrá visitarse hasta el 5 de marzo en Enclave Pronillo.
  • El objetivo es dar a conocer este lugar escondido, un jardín en el que descansan personas que son parte de la historia de la ciudad de Santander.
  • Forma parte del proyecto "Una isla en un barrio", una iniciativa diseñada por Itsaso Iribarren y Germán de la Riva, que fue reconocida en la convocatoria de ayudas Cultura Emprende 2019 de la Fundación Santander Creativa (FSC).
12 de febrero de 2020

El Cementerio de los Ingleses, un jardín situado en el corazón del barrio de Cazoña, esconde un pedazo de historia, desconocida  aún para muchos santanderinos, que los artistas Germán de la Riva e Itsaso Iribarren se propusieron sacar a la luz hace algunos meses. Así nació "Una isla en un barrio", una investigación artística en torno a este lugar que fue premiada en la convocatoria de ayudas "Cultura Emprende" de la Fundación Santander Creativa en 2019.

Ahora, con el ánimo de compartir los resultados de este proceso de indagación en torno al camposanto, los responsables del proyecto han preparado una exposición que se inaugura mañana, jueves 13 de febrero, a las 19:00 horas en la capilla de Enclave Pronillo.

La muestra, que se podrá visitar hasta el 5 de marzo, de lunes a viernes en horario de 9:00 a 21:00 horas, recoge los materiales generados durante las diferentes fases de la investigación. Textos, imágenes e ilustraciones conforman una instalación audiovisual que se proyectará sobre las paredes de la capilla acompasada por los sonidos del camposanto. "Se trata de vivir la experiencia de visitar este lugar aún desconocido para muchos santanderinos, siguiendo los momentos vividos durante los paseos que realizamos el pasado verano", explican los creadores.

El enclave, conocido como el Cementerio Protestante Inglés o Cementerio de los Ingleses, está situado en la calle Cardenal Herrera Oria de Santander. Fue inaugurado en 1864 para dar sepultura a aquellos que no profesaban la religión católica, y desde 1990 no se entierra a nadie en él. En el cementerio hay 128 personas enterradas de diez nacionalidades diferentes.

Se encuentra rodeado de los bloques de viviendas y edificios del barrio de Cazoña. El terreno, al que se accede a través de una gran puerta de hierro, está poblado por árboles frondosos, diversos tipos de plantas y sepulturas, conformando un jardín, un espacio de tranquilidad en el corazón de este barrio santanderino.

Su historia entronca con la de trabajadores manuales, ingenieros y otros especialistas de nacionalidad inglesa que tuvieron una gran vinculación con fábricas santanderinas durante finales del siglo XVIII y principios del XIX. Todas estas personas llegaban a través del mar haciendo el viaje desde sus países de origen hasta la costa del mar Cantábrico. Algunos permanecían en el puerto al que llegaban, como el de Santander, y otros, como es el caso de marineros y capitanes de barco, retornaban a sus lugares de procedencia para volver a realizar este trayecto en diversas ocasiones.

Memoria colectiva

A lo largo del proceso de investigación que se ha prolongado durante varios meses, los responsables han trabajado con documentos históricos relacionados con la memoria, el urbanismo y el propio espacio en el que se enclava el Cementerio Británico.

Además, durante el mes de agosto de 2019 se realizaron una serie de paseos especiales por el cementerio y sus alrededores, diseñados con un formato híbrido que integraba la tradicional visita guiada con el arte de la performance y que permitió a los participantes acercarse al proyecto de forma experiencial. Esta iniciativa tuvo muy buena acogida entre los vecinos de Santander así como de los visitantes de la ciudad que se acercaron a conocer el lugar. Los organizadores cifran en aproximadamente 700 las personas que asistieron a estas visitas.

Sobre los artistas

Germán de la Riva e Itsaso Iribarren son los encargados de llevar a cabo este proyecto. Sus creaciones han podido verse en lugares como la Fundación Mapfre en Madrid, Festival BAD, Naves del Español de Matadero Madrid, Teatro Circo Price, Tabakalera Donostia, Centro Botín o el Centro Cultural San Martín de Buenos Aires. Sus piezas han sido reconocidas con premios como el de Creación Artística del Ayuntamiento de Pamplona en 2018 o el Primer Premio del Certamen de Textos Teatrales del Teatro Circo Price de Madrid, en 2014. La historia de la danza, las formas contemporáneas de vida y la relación entre el cuerpo y los procesos industriales son algunos de los temas que han abordado a lo largo de su carrera.

Colaboradores del proyecto

"Una isla en un barrio` ha contado con la colaboración de la comisaria y gestora cultural Carmen Quijano, los músicos Robert Navarro y Nuria Velázquez, el músico Pitu García, el fotógrafo Javier de la Riva y las investigadoras Ana Fernández y Aranzazu Alonso Viana. Quijano ha tenido un papel esencial en la labor de orientación y mediación, los músicos han creado piezas para los paseos y Nuria fue parte activa de las visitas. Javier se encarga de la mirada fotográfica del proceso y Ana y Aranzazu han realizando una labor de asistencia en la investigación histórica y artística.

También han contado con la colaboración de la Iglesia Evangélica Española de Santander, situada en la calle Gómez Oreña 11, con vigencia en la ciudad desde el año 1869, encargada del cuidado y conservación de este espacio.